viernes, 24 de octubre de 2008

Una experiencia mística

Una experiencia mística con “Lo.h Hare Kishna”

Nada mejor que una invitación a comer y a sumergirnos en el fabuloso y mágico mundo de las pupilas dilatadas.

Llegamos al local, y para suerte mía no había ningún cartel con animalitos ensangrentados que te miran con cara de “no me comas”, y mucho menos algún otra señal de advertencia rara. Yo sólo iba a comer comida sana y rica, que puede tanto ser vegetales como un rico plato de salmón a la mantequilla.


Este asunto de la vida después de la muerte es como un sistema de pensiones. Uno trabaja toda su vida y ahorra para luego después de jubilar, vivir tranquilo.
Con la religión uno basa y vive su vida siempre en base a las normas y principios que ella indica, para luego al morir. Tener una mejor “vida.post.mortis”.

¿Se interesa Dios por nosotros?

- Cómo puedo saber si se interesa
- No lo conozco y no tengo cómo hablarle si no es por medio de gente que dice que sí le interesamos.
- Después de todo lo que nos mueve es la “Fe”, entonces es por medio de una CREENCIA que una persona se auto.convence de que hay Alguien interesado por nosotros.

¿Acabarán algún día las guerras y el sufrimiento?

- Cuando se extinga la raza humana.
- De lo que he leído, al final está el Apocalipsis. Linda manera de acabar con el sufrimiento si no es por medio de más sufrimiento.

¿Qué nos sucede al morir?

- Citaré lo que el mismo panfleto dice: “No pueden saber, sentir, ni hacer nada, así que tampoco pueden perjudicar a los vivos, ni ayudarlos de ninguna manera (Salmo 146:3,4). à Ya ok… ¿y los Santos?... digo por que uno de los requisitos es que se demuestre han hecho algún tipo de milagros.

¿Hay alguna esperanza para los muertos?

- Resurrección y ver a la tierra convertida en paraíso.
- ¿todos piluchitos como en un campo nudista, lleno de paz, amor y libertad?
- ¿Y si morí en un accidente y dejé a todos los que conozco y a mi familia atrás?






¿Cómo tenemos que orar para que Dios nos escuche?

¿Cómo encontrar la felicidad?



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Un panfleto, con destinación a “Sr. Sra. Srta. Residente” señala que tiene las respuestas a estas preguntas. E indica que el único libro que no se contradice, y ofrece respuestas oportunas y no anticuadas es La Biblia.
Lo que no hizo preguntarnos de inmediato, que por qué era necesario buscar las respuestas en un libro. A nuestro parecer no hay nada mejor que la vida cotidiana para aprender a través de la experiencia a sobrellevar de la mejor manera nuestras vidas.
Siempre se puede aprender, y siempre hay alguien que nos puede enseñar. Pero no tiene por qué serlo un libro. Y peor aún, menos uno que requiere de interpretación. Sería muy simple y fácil llegar abrir una página y encontrar la respuesta. Pero si es por eso, para una misma pregunta tendríamos muchas y todas distintas, siendo una mejores que las otras y sin ningún absolutismo en las palabras por lo que se da para confusiones y poca claridades que lejos en vez de ayudarnos a alcanzar alguna meta sólo nos estanca a horas y horas de un hojeo innecesario de un libro que resta tiempo para realmente actuar en vista a lo que se cree puede ser para mejor o no.
Mi reclamo es sólo en contra del libro, no de aquellos que pueden enseñarnos. Si es por eso nadie podría ni siquiera utilizar las letras que salen en ese libro a pretexto de que sólo es válido lo que dice ahí y no lo que se interpreta.
Y no… no me convence. Siempre que leo esos panfletos, sale una citación al azar que al final se acomoda a la conveniencia del momento.
Lo peor es que está hecho por personas. Y la misma Iglesia ha pedido perdón por los miles de problemas que ha provocado una mala interpretación de este texto que ha dejado la embarrada pero es que a niveles monumentales.









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¡Qué hubiera sido genial haber sido amiga de Jesús, la volá de multiplicar cosas. La comida, los panes, el copete… genial!

1 comentario:

Srta. dijo...

Nótese:

Ese último comentario shuber logo, lo hizo Shaloma sentada en un cómodo sillón, con mirada pensativa y mirándome con total convicción.

Obvio, me jodí de la risa.