Hoy iba caminando por Paicaví y en la esquina de Maipú apareció un individuo al que la mayoría de la gente miraba con cara de asombro/curiosidad/asco/miedo, como si se tratara de un fenómeno de circo. Iba vestido, a pesar del frío, con una polera sucia y rasgada, pantalones cortos ajustados, suspensores, y zapatillas de payaso. Tenía puesto un gorro y en una mano llevaba una mini radio blanca a pilas (creo que era una radio, pero podría haber sido hasta un detector de metales) con la que parecía estar buscando alguna señal, y en la otra mano llevaba una bolsa colgada a un palo, simulando la típica imagen de un vagabundo. Lo más chistoso era que sabía que la gente lo miraba y hablaba sobre él (pasó una vieja diciéndole al marido en voz alta algo como “mira ese tipo como anda vestido, qué horrorsh), y parecía importarle un pico porque estaba muy concentrado en encontrar algo con su radio mágica. Supe inmediatamente que se trataba del indigente-punk-esquizo-adictoalneoprén que últimamente aparece en el centro de Conce: un nuevo personaje autóctono de esta ciudad.
La primera vez que me topé con aquel ser fue algunas semanas post vuelta a la “normalidad” luego del terremoto. Caminaba frente a los tribunales y de repente apareció a mi lado con la misma bolsita colgando del palo.
Al principio pensé que era parte de alguna intervención de teatro callejero así que lo seguí, pero cuando se detuvo en una bencinera a echarle combustible a la bolsa me di cuenta de que no era ningún actor y que de verdad estaba cagado del chape. Y me emocioné. Es que fue tan surrealista encontrar a alguien tan auténticamente excéntrico, que pensé que estaba en una película de Terry Gilliam.
No sé por qué llaman tanto mi atención las personas como él. Debe ser la curiosidad que provoca lo que debe estar pasando en sus cerebros o lo que los llevó a comportarse de esa manera extraña para el resto, pero completamente “normal” para ellos.
Los otros personajes que comparten características similares son: el indigente alto y flaco que se pone agresivo con los peatones (especialmente con las mujeres, así que sospecho que debe tener algún trauma relacionado con el género femenino), el indigente bajito y gordo que no molesta a nadie, y que siempre está hurgueteando en los basureros, y “la tía” que se junta a tomar copete con los punkies frente al supermercado de la diagonal.
Estoy cagada de sueño, así que otro día me sigo explayando sobre cada uno de ellos…
martes, 8 de junio de 2010
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3 comentarios:
El tipo viejo que muestra un cartelito donde sale escrito que te pide dinero, y que no es mudo.
Y ese mismo tipo se detiene en la esquina de Anibal Pinto con O`higgins con ese cartelito y una cuerda blanca que se la tira y pega a las personas cuando van cruzando la calle.
O el que le saca las frutas a los vendedores que están en las esquinas...
Ah el otro día vi alguien que se bajó los pantalones en la mitad de una calle y le mostraba los -boxers- a un par de automovilistas.
Y por esa misma calle (Chacabuco, cerca Unimarcs), un viejito con un gorro de viejo pascuero detuvo el tráfico agarrando a chuchadas al auto que le tocara el semáforo y no lo dejaba continuar...
¿Te acuerdas del que fingia que se lavaba los dientes en el basurero en Iqq.?
Y no... no he visto aquel que describiste primero.
Ahahaha! verdad.
En el mall, frente al Dunkin donas había un hueón tomándose una chela y fingía que hablaba con alguien mientras bebía. Después se paró, se metió la mano al bolsillo y sacó un celular invisible y siguió hablando.
En el consultorio Boca Sur había un viejo chicha que decía que era gringo y oftalmólogo y que se quería casar conmigo.
Me dijo: "yu wana bi mai polola?".
Ajuajauaja.
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